martes, junio 26

OSADÍA

¿Quién le rompe las alas a la inocente mariposa?
¿Quién con un dejo de no darse cuenta
se atreve a atentar contra su frágil existencia?
¿Quién, cruel, me mira como objeto y no ve más que lo externo?
No pronunciaré esa letras
que para mi son sagradas,
sin embargo ahogan el sentido de mis pesares.
Simplemente, ¡No te atrevas!
que aunque frágil no parezco,
vivo mi vida con la inconciencia de la mariposa;
me arrastra el intempestuoso viento,
la brisa me seduce, y mientra infatuada respiro
deja caer impasible su tormenta.
***
No puedo beber el néctar de la costumbre
perecería irremediablemente
y tengo tanto miedo a la muerte.

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