martes, julio 17

Llueve en Guanajuato

Y yo paseo por las calles, comienzo a apurar el paso, no tengo sombrilla, ni impermeable, mucho menos un saco; arrecia la lluvia y mi cabello comienza a escurrir agua, mis zapatitos están empapados y mi camisa está mojada, se vuelve más oscuro el color y comienza a transparentarse, se adhiere a mi figura, la gente me mira mientras corro al seco refugio de mi oficina, tratando de no ser víctima de un autobus urbano cuando pasa por un charco... Aquel que me acompaña poco se preocupa de mi, le importa más que su pantalón de mezclilla no se moje. Y cuando finalmente llego a mi lugar de trabajo, se detiene la lluvia.

Tengo zapatos de repuesto y me los he calzado, pero no traje una blusa extra así que me he quitado la camisa, me he puesto un abrigo que tenía aquí y debajo solo tengo puesto un lindo sostén.
En fin, peripecias de una chica cualquiera.

2 comentarios:

VerdeVete dijo...

la lluvia es muy buena por algo motivo me pone de buen humor, tengo tiempo sin visitar guanajuato supongo que sigue igual

LSz. dijo...

La irnonía quizá reside en que justo después de la lluvia Guanajuato trasluce algo de su fama convirtiéndose en un lindo e irónico escenario que se pude ver, limpio, desde la ventana.