sábado, abril 4

Hay que mirar

Mis piernas andan no sin rumbo, con convicción;
mis manos ansiosas se columpian a mis flancos,
los dedos rozan la tersa piel desnuda, mi piel;
Inspiro el aroma callado del deseo que se aloja
ocioso en la boca de mi estómago, que humedece
los secretos rincones de dulzura y miel que mana.

Me divierte la ocasión, que jocosa se me escapa
una posibilidad de sentir hasta el fondo
hasta lo profundo de las entrañas
Sentir, sentirte, sentirme
todo se reduce al tacto ciego, punta con extremo,
el pergamino de la vida se extiende impenetrable
pero solo al comienzo.

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