Soy noche.
Por la madrugada soy la oscuridad.
Ajenjo de sueños dulcísimos, donde el ansia de dejarte devorar te consume.
Quieres terminar dentro de mi vientre,
cobijado por el calor de mi regazo,
ese calor que abrasa tu ansia, perdida, borracha;
que abraza tus pálidos brazos, tus transparentes mejillas
y miras a través de mi, mientras el viento
el atrevido viento alborota mis entrañas,
sin embargo me esfumo, se desvanece mi ser en tus manos
soy humo que tomas entre tus dedos sin el éxito anhelado.
Sigo quedándome sin tí.
Y me destruye tanto el sabor de tu ausencia.
1 comentario:
contundente.
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